Según informó el gremio del sector, el complejo de Campo Durán dejararía de operar desde hoy, en principio por 45 días, hasta el 16 de noviembre. Hay preocupación por 500 puestos laborales ligados a su actividad.
En una cuenca hidrocarburífera que desde hace 15 años no para de hundirse y en la que las empresas asociadas en Refinor apuntan a reorientar negocios con crudo y gas de Vaca Muerta, la refinería de Campo Durán atraviesa por uno de sus momentos de mayor incertidumbre productiva y laboral. Días atrás trabajadores de la planta adelantaron al gremio del sector que, según el parte de operaciones, desde mañana las actividades de las diferentes instalaciones del complejo se detendrían totalmente, en principio por 45 días, hasta el 16 de noviembre próximo.
«Acudimos a la gerencia de Refinor, la que corroboró la información, manifestando que esto es debido a que los productores no entregan materia prima», señaló el secretario general del Sindicato del Petróleo y Gas de Salta y Jujuy, Sebastián Barrios, a El Tribuno.
Barrios remarcó que, consultados sobre la situación, productores de la Cuenca Noroeste confirmaron el cese de entregas a la refinería del municipio de Aguaray y precisaron que la decisión obedece a que «Refinor incumple los plazos de pago y que tiene una importante deuda» con las operadoras de los yacimientos gasíferos y petroleros del norte argentino.
El dirigente gremial agregó que Refinor «reconoce que debido a su difícil situación financiera demora los pagos a productores y proveedores, dando prioridad a los sueldos». El dirigente gremial hizo notar que desde el Sindicato «hemos firmado un acuerdo difiriendo el pago de aportes y contribuciones para ayudar con esta situación», pero recalcó que más allá de la buena voluntad puesta de manifiesto por los trabajadores hoy alrededor de 500 familias que tienen sus ingresos atados a la suerte de Refinor en el norte salteño temen perder las fuentes laborales que sostienen las distintas operaciones de la refinería de Campo Durán y contratistas del complejo, que ha sido en los últimos 63 años la columna vertebral de la industria del gas y el petróleo del norte argentino.
Barrios subrayó que la cantidad de puestos de trabajo que hoy tiene en vilo la cuenca hidrocarburífera que Salta comparte con Jujuy y Formosa asciende a una cifra mayor, ya que trabajadores de las plantas de Gas Licuado de Petróleo (GLP) y de yacimientos pequeños también podrían verse afectados por la preocupante situación planteada en el complejo de Campo Durán. En este punto, el referente sindical del sector explicó que petroleras grandes e integradas como las que están asociadas en los yacimientos del departamento San Martín que aportan la producción completa de gas de la Cuenca Noroeste «pueden hacer frente a esta situación, pero no así pequeños productores». Estos últimos, en efecto, no poseen capacidad de almacenamiento, de modo que podrían verse obligadas a reducir sus producciones o parar sus operaciones en yacimientos, ya que al no poder colocar su crudo en Campo Durán no tendrían otra alternativa que entregarlo a refipymes del centro y sur del país. Este, sin embargo, es un marcado reducido y discontinuo.
Sobre los pasos que dará el sindicato del sector, Barrios adelantó que «como institución de primer grado vamos a solicitar formalmente la intervención de la Federación a la que estamos adheridos, exigiendo una reunión con la autoridad de aplicación de la Provincia y de Nación, como así también con las empresas que componen el directorio de Refinor. Estamos dispuestos a hacer lo que esté a nuestro alcance para forzar, de ser necesario, esa reunión», añadió, tras insistir en que el directorio de Refinor «debe informar fehacientemente cuál es el futuro de la compañía y dar garantías a los trabajadores».
Barrios recordó que «las autoridades provinciales se interesaron en la actividad petrolera cuando faltó el gasoil en años anteriores. Una vez superada esa crisis se perdió el interés y nuevamente las luces del litio encandilaron al sector privado y al Estado. Desde aquella última reunión a la fecha, pese a nuestros pedidos, la situación no mejoró», sostuvo.
Sobre las medidas que en la última reunión se reclamaron insistentemente para frenar el hundimiento de la cuenca y el ocaso de la refinería del norte, Barrios no ocultó su desilusión. «Si el Estado nacional o provincial hicieron gestiones, los resultados no se percibieron y la situación hoy es desesperante. Días atrás he tenido la oportunidad de visitar otras refinerías del país y he visto en esas instalaciones una importante inversión privada acompañada por el Estado, que les permite elevar exponencialmente su producción y la calidad de la misma. Me llamó la atención que los directivos de la refinería del norte ni siquiera participan de estas visitas, ni de paritarias ni de ninguna reunión de la Cámara que nuclea la actividad. No aparecen en el radar. Ya ni siquiera se la nombra», afirmó Barrios.
Un clima nada bueno
Sebastián Barrios manifestó que en el seno del gremio petrolero «estamos convencidos, más que nunca, que detrás del famoso plan de reversión de ductos hidrocarburíferos, que cambia la matriz de negocios de la empresa, se esconde el verdadero objetivo que es dejar de operar la planta que genera combustibles líquidos y gaseosos. El plan final, sin dudas, es dedicarse al transporte y comercialización de productos elaborados en otras refinerías. Lo venimos manifestando desde hace mucho tiempo: para ese negocio no se requiere tanto personal», advirtió Barrios. «Los trabajadores están sumamente preocupados. Es la primera vez que esto sucede. Muchos están buscando trabajo en otras empresas y actividades. Hemos sido testigos de un importante éxodo de profesionales», acotó.
El Estado no es ajeno a la crisis de Refinor
Desde el gremio petrolero se insiste en que el Estado, a través de YPF, que comparte las acciones de Refinor con Hidrocarburos del Norte, empresa del grupo que lidera José Luis Manzano, debería involucrarse. Sebastián Barrios manifestó que desde el desembarco de la nueva empresa que conduce Refinor «hemos observado una fuerte caída en el ingreso de materia prima y es común recibir quejas de las políticas de pago de esta empresa por parte de los productores. De nuestra parte acordamos diferir pagos de aportes al Sindicato. La empresa luego nos solicitó diferir el pago de acuerdos paritarios y respondimos que no, porque para nosotros el límite es el trabajador», puntualizó.